A Note From Fr. Oswaldo
Month of Mary, mothers and Flowers.
In this Easter season, the Church bears witness to what she has seen and heard. In the miraculous catch of fish, the apostles recognize Jesus and run to him. It is a moment of joy, but there is something that now goes unnoticed. The apostles have been fishing all night, doing what they know and repeating the same techniques, over and over again, without achieving anything. When Jesus arrives, he tells them to throw the nets to the other side, that is, change the techniques and the way they have done up to now. Peter resists; but he ends up doing what Jesus tells him, and thus he comes to see that by trusting in Jesus he can achieve better results. Let us meditate, if we are doing the same thing over and over again, without achieving anything, especially in the vocational field. Let us trust in Jesus, and we will see, as the apostles saw it, a true miraculous catch.
Let us also honor our mothers, they are the most beautiful gift that God has given us. Without them, our life would be more difficult. Thus, as they are the sign of life, we can also say that they bloom more beautifully, when we take care of them. The cross of Jesus is covered with flowers, as a sign of the resurrection. What was asleep under the earth has flourished.
Long live Christ, Hallelujah.
Mes de María, de las madres y de las Flores.
En este tiempo de pascua, la Iglesia da testimonio de lo que ha visto y oído. En la pesca milagrosa, los apóstoles reconocen a Jesús y corren hacia él. Es un momento de alegría, pero hay algo que pasamos desapercibido. Los apóstoles han estado pescando toda la noche, haciendo lo que saben y repitiendo con las mismas técnicas, una y otra vez, sin lograr nada. Cuando llega Jesús, les dice que tiren las redes hacia el otro lado, es decir, cambien las técnicas y la forma que hasta ahora han usado. Pedro se resiste; pero termina haciendo lo que Jesús le dice, y así logra ver, que confiando en Jesús puede lograr mejores resultados. Meditemos, si estamos haciendo lo mismo una y otra vez, sin lograr nada, especialmente en el ámbito vocacional, confiemos en Jesús, y veremos, como lo vieron los apóstoles una verdadera pesca milagrosa.
Hagamos también honor a nuestras madres, ellas son el más hermoso regalo que Dios nos ha dado, sin ellas, nuestra vida fuera más difícil. Así, como ellas son el signo de la vida, también podemos decir que florecen mas hermosas, cuando las cuidamos. La cruz de Jesús se llena de flores, como signo de la resurrección. Lo que estaba bajo la tierra dormido, ha florecido.
Que viva Cristo, Aleluya.
Fr. Oswaldo Roche
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