A Note From Fr. Oswaldo
The true Doctrine.
In the time of the Apostles, non-Jewish communities at first had difficulty accepting Christian doctrine, because it was still tied to Jewish practices. With the inspiration of the Holy Spirit, the Apostles were purging and separating what should be believed and accepted as doctrine and what should be practiced, for example the following: “'The Holy Spirit and we have decided not to impose more burdens than strictly necessary. Namely: that they refrain from fornication and from eating food sacrificed to idols, blood and strangled animals. If you stay away from those things, you will do well. (Acts 15, 1-2. 22-29).
After the ascension of the Lord to heaven, the Church was assisted by the Holy Spirit, who, in many cases, when it came to standards, rules and guidelines, the opinion of the Apostles or their successors was consulted. Since, in them, resided the truth, for having been the eyewitnesses of the words and actions of Jesus. Today, how do we know that we are in the truth, that we follow the true doctrine or that our actions are correct?
For them, we have the entire tradition written and transmitted without interruption. The Church has tried to be faithful to the apostolic tradition, all the Popes, together with the bishops, have protected and safeguarded the true doctrine. The source for the transmission of the doctrine is Sacred Scripture, Tradition, Councils and the Universal Catechism of the Catholic Church. Whoever is not guided or does not have these sources as truth is out of communion with the Catholic Church.
La verdadera doctrina.
En tiempo de los Apóstoles, las comunidades que no eran judías, al principio tuvieron dificultad en aceptar la doctrina cristiana, porque estaba todavía ligada a las practicas judías. Con la inspiración del Espíritu Santo, los Apóstoles fueron depurando y separando lo que se debía de creer y aceptar como doctrina y lo que se debería de tener como practica por ejemplo lo siguiente: “ ‘El Espíritu Santo y nosotros hemos decidido no imponerles más cargas que las estrictamente necesarias. A saber: que se abstengan de la fornicación y de comer lo inmolado a los ídolos, la sangre y los animales estrangulados. Si se apartan de esas cosas, harán bien’. (Hch 15, 1-2. 22-29).
Después de la ascensión del Señor al cielo, la Iglesia quedó asistida por el Espíritu Santo, que, en muchos casos, cuando se trataba de normas, reglas y directrices, se consultaba la opinión de los Apóstoles o sus sucesores. Ya que, en ellos, residía la verdad, por haber sido ellos los testigos presenciales de las palabras y acciones de Jesús. en la actualidad, ¿como saber, que estamos en la verdad, que seguimos la verdadera doctrina o que nuestras acciones son las correctas?.
Para ellos, tenemos toda la tradición escrita y transmitida sin interrupción. La Iglesia ha tratado de ser fiel a la tradición apostólica, todos los Papas, junto con los obispos, han protegido y resguardado la verdadera doctrina. La fuente para la trasmisión de la doctrina es la Sagrada Escritura, la Tradición, los Concilios y el catecismo Universal de la Iglesia católica. Quien no se guíe o no tenga como verdad estas fuentes, está fuera de comunión de la Iglesia católica.
Fr. Oswaldo Roche
Comments