A Note From Fr. Oswaldo
But who do you say that I am?
To this question, Peter responds, "You are the Messiah", (Mk 8: 27-35). Each of us has a different answer to the same question, it all depends on the experience of God that we have had. The Messiah: for a Jew, he represented the hope of liberation from historical slavery, expected and longed for by the people for centuries.
If you answered that Jesus for you, is the Messiah; from what or from whom, do you want him to free you? From your past or from your present?
The flowers that, with so much pain, burst and bloom,
the most beautiful, the most sublime, the most complete,
they have received it for just a moment.
They wait in the ugliness of the seeds, to be the most perfect of nature,
they that, contemplated by many, already in the afternoon, cease to be.
What do people say about flowers? That they are beautiful, sublime and complete,
But once they wither away, they just say away.
Let the flowers, bloom, in the morning, be the most beautiful during the day,
because in the afternoon they will die without remedy,
because for that they have come from the seed.
Jesus is the Messiah, who comes to free us from slavery; of the jail, where we are, that jail is not made of iron or wood, it is one of pain and feelings. Our prison is fear, it is hatred, anger, resentment for which we feel defenseless. Christ will suffer in the evening, as the flower suffers when he withers, but he will bloom again, because he alone resurrects him. If we put our hope in Jesus, we can be liberated and reconciled with our past, because the past will never disappear from our experience, the present will always be a gift, in order to create our future.
? Y ustedes, quién dicen, que soy Yo?.
A esta pregunta, Pedro responde, “Tu eres el Mesías”,(Mc 8, 27-35).
Cada uno de nosotros, tiene una respuesta diferente para la misma pregunta, todo depende de la experiencia de Dios que hayamos tenido. El Mesías; para un judío, representaba la esperanza de la liberación de la esclavitud histórica, esperado y anhelado por el pueblo por siglos. Si tú respondieras, que Jesús para ti es el Mesías, ¿de qué o de quien, quieres que te libere?, ¿De tu pasado o de tu presente?.
Las flores, que, con tanto dolor, estallan y florecen, lo más bello, lo más sublime, lo más completo, lo han recibido ellas por tan sólo un momento. Esperan en lo feo de las semillas, para ser lo más perfecto de la naturaleza, ellas que, contempladas por muchos, ya en la tarde, dejan de serlo. ¿Qué dicen las gentes de las flores?, que son bellas, sublimes y completas, Pero una vez que se marchitan, a la basura, sólo dicen. Dejen que las flores, florezcan, en la mañana, que sean las más bellas durante el día, porque en la tarde morirán sin remedio, porque para eso han salido de la semilla.
Jesús es el mesías, que viene a liberarnos de la esclavitud; de la cárcel, en donde nos encontramos, esa cárcel, no es de hierro, ni de madera, es de dolor y sentimientos. Nuestra cárcel es el miedo, es el odio, la ira, el rencor por lo que nos sentimos indefensos. Cristo sufrirá en la tarde, como sufre la flor cuando se marchita, pero florecerá de nuevo, porque sólo el resucita. Si ponemos nuestra esperanza en Jesús, podemos ser liberados y reconciliados con nuestro pasado, porque el pasado, nunca desaparecerá de nuestra experiencia, el presente, será siempre un regalo, para poder crear nuestro futuro.
Fr. Oswaldo Roche
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