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Week of September 25, 2022

Updated: Sep 29, 2022

A Note From Fr. Oswaldo


Faith, mercy, patience, love.


You don't have to have faith to know that with autumn the colors of the trees change and then comes winter that brings snow. We must have faith, to accept the will of God and believe that after life in the world, we will have the opportunity to live eternally in a kingdom where we will be happy for eternity. Experience the mercy of God when he forgives us all the bad things we have done and all the good things we have not been able to do, have mercy on those who offend us and know how to forgive from the heart. Patience is a virtue that is achieved when we manage to combine peace and wisdom.


“Brother: You, as a man of God, lead a life of righteousness, piety, faith, love, patience and meekness. Fight in the noble combat of faith, conquer the eternal life to which you have been called and of which you made such an admirable profession before numerous witnesses” (1 Tm 6, 11-16).


Finally, the love that is the essence of God helps us to see beyond our own differences. True love manifests itself when we can put aside our differences and seek the common good for all, where we put our gifts at the service, without selfishness or envy. Wealth or good dress is not the problem, nor is it an impediment to reaching heaven, the problem is putting your heart into material things, forgetting charity and the good you can do with the goods that God has allowed you to have. The Kingdom of Heaven, although it is a gift, does not come for free, it must be earned; with dedication, effort, devotion, and perseverance.


Fe, piedad, paciencia, amor.


No hay que tener fe, para saber, que con el otoño los colores de los arboles cambian y luego viene el invierno que trae nieve. Hay que tener fe, para aceptar la voluntad de Dios y creer, que después de la vida en el mundo, tendremos la oportunidad de vivir eternamente en un reino donde seremos felices por la eternidad. Experimentar la piedad de Dios cuando nos perdona todo lo malo que hemos hecho y todo lo bueno que no hemos podido hacer, tener piedad con los que nos ofenden y saber perdonar de corazón. La paciencia, es una virtud, que se alcanza cuando logramos combinar la paz y la sabiduría.


“Hermano: Tú, como hombre de Dios, lleva una vida de rectitud, piedad, fe, amor, paciencia y mansedumbre. Lucha en el noble combate de la fe, conquista la vida eterna a la que has sido llamado y de la que hiciste tan admirable profesión ante numerosos testigos”.( 1 Tm 6, 11-16).


Finalmente, el amor que es la esencia de Dios, nos ayuda a ver más allá de nuestras propias diferencias. El verdadero amor se manifiesta, cuando podemos dejar a un lado nuestras diferencias y buscamos el bien común para todos, donde ponemos al servicio nuestros dones, sin egoísmos, ni envidias. La riqueza o el buen vestir no es el problema, ni tampoco es impedimento para llegar al cielo, el problema, es poner el corazón en las cosas materiales olvidándote de la caridad y del bien que puedes hacer con los bienes que Dios te ha permitido tener. El Reino de los Cielos, aunque es un regalo, no viene gratis, hay que ganarlo; con entrega, esfuerzo, devoción, y perseverancia.


Fr. Oswaldo Roche

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